CRITICA SIN TREGUA (70%)



   Las películas sobre policías siempre son un jugoso marco en el que encuadrar una película, puesto que las variantes que se pueden realizar son tan amplias que casi siempre sale, al menos, un película decente.

   El director David Ayer se ha convertido en un especialista en este terreno tras realizar los guiones de la galardona Training Day (Día de entrenamiento, 2001) o Dark Blue (protagonizada por Kurt Russell, 2002) y dirigir la entretenida Dueños de la calle (Street Kings, 2008). En esta ocasión, Ayer juega mucho más con los formatos de realización (aportando un tono mucho más documental e impactante) y se centra en los personajes de la película descuidando un poco la historia. Este descuido (y la falta de originalidad de la propuesta) empaña el buen regusto que se queda tras ver la película.

   La cinta está protagonizada por Jake Gyllenhaal (Brothers-Hermanos, Código fuente, Brokeback mountain) y Michael Peña (Shooter: El tirador, Babel, World Trade Center). La química que respiran los dos protagonistas es el éxito de la credibilidad de todo el conjunto. Las reacciones, las situaciones, las bromas, todo está tan bien medido e interpretado por ellos dos que hace que la cinta evolucione por si misma, pese al esquemático guion. En un pequeño papel aparece la guapa actriz Anna Kendrick (La saga Crepúsculo, Up in the air, Directo a la fama, 50/50) que como siempre, está fabulosa y deja momentos de una simpleza interpretativa extraordinaria (las reacciones en casa de Taylor (Gyllenhaal), la fiesta en la que se presenta a Zavala (Peña) y la mujer de éste Gabby (Natalie Martinez)).

   Extraordinaria película de acción con unos actores en estado de gracia que otorgan la etiqueta de “pequeña joya” a la cinta y que hace que esperemos con ansia el siguiente proyecto de su director.

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