CRITICA EL HOBBIT: UN VIAJE INESPERADO (76%)



   Casi diez años después, diecisiete Óscar y tres mil millones de dólares de recaudación, el realizador neozelandés Peter Jackson (Agárrame esos fantasmas, Criaturas celestiales, Braindead: tu madre se ha comido a mi perro) vuelve a la Tierra Media para contarnos el prólogo de lo acontecido en la anterior trilogía que compuso con El Señor de los Anillos.

   Lo que supuestamente debería haber sido sencillo tras los espectaculares resultados obtenidos por Jackson, realizar otra parte, o partes, del libro que da pie a una nueva trilogía (El hobbit); se convirtió en un verdadero infierno contando con diversos problemas en la preproducción (la quiebra de MGM que también afectó al desarrollo de Skyfall (Sam Mendes, 2012), demanda por parte de Jackson a New Line, grabación en formato 3D y con un nuevo formato a 48 fotogramas por segundo en vez de a 24, etc…) que han dejado por el camino al mejicano Guillermo del Toro (El laberinto del Fauno, Hellboy, Mimic) y se han traducido en otra trilogía que llegará de la mano del realizador de The Lovely Bones (2009).

   Esta aventura cuenta con lo mejor (la épica, la espectacularidad, el grandiosismo de la puesta en escena, los efectos especiales) y lo peor (el exceso de personajes, el enfermizo detallismo, la duración, el desequilibrado tempo de las películas…) de la trilogía anterior.

   Jackson deja respirar la película desde el comienzo, esto hace que tarde casi una hora en encontrar el ritmo necesario a la historia, pero una vez encontrado…apabulla casi tanto como los mejores momentos de ESDLA. Esto es bueno y malo, puesto que sobrevuela permanentemente sobre la cinta un halo de “deja vu” que no le beneficia para nada (el pulso y la astucia narrativa que le hubiera impregnado Del Toro, y del que seguramente no se conserve nada, hubiera aportado un soplo de aire renovado a la narración y habría ayudado a disolver las similitudes entre ésta trilogía y la anterior). Pese a esa redundancia de planos y movimientos de cámara la dirección de Jackson no se puede tildar más que de espectacular. Tanto en las secuencias de acción, las pocas que hay en ésta entrega, como las de personajes, la mayoría del metraje, están rodadas con una pasión y una pleitesía por la obra de Tolkien que es, cuanto menos, admirable y destacable.

   El problema que se tiene cuando alguien es un apasionado de determinada obra o tema, es que a menudo se pierde la objetividad y se cae en el “enamoramiento” por la obra, no siendo consciente de los fallos y limitaciones de lo que se tiene entre manos. Esto es lo que, en mi modesta opinión, sucede con el guion de El Hobbit. Escrito a seis manos (dudo de la aportación que haya podido tener Guillermo Del Toro en el proyecto) por Fran Walsh, Philippa Boyens y el propio Peter Jackson (autores de la adaptación de la anterior trilogía), la historia que se cuenta (y se va a contar en el conjunto) pesa demasiado sobre el argumento de ésta entrega. Este desequilibrio se produce, a mi parecer, por la falta de subjetividad y sentido narrativo que se ha tenido al plasmar el argumento de la novela de El Hobbit en la futura trilogía fílmica de El Hobbit (aunque quizá una vez terminada la trilogía, en su conjunto, esto no suceda) y que hace que un espectadro “medio” se pierda entre la catarata de eras, personajes, seres, mundos, etc….

   En el apartado técnico poco se puede decir que no se haya dicho ya, puesto que la gran mayoría del equipo es el mismo de ESDLA. La fotografía de Andrew Lesnie (Soy leyenda, El origen del planeta de los Simios y Oscar en 2002 por La comunidad del anillo), la música de Howard Shore (trilogía ESDLA, El aviador, Promesas del Este) o los efectos especiales de la compañía WETA, son de una espectacularidad y grandilocuencia que te dejan amarrado en la butaca (imagino que en el nuevo formato a 48 fotogramas esa sensación debe ser aún mayor).

   Aunque la parte interpretativa de la película no es algo “demasiado” importante en esta película, tanto por el exceso de efectos visuales como por el maquillaje de la mayoría de actores, si que hay determinados actores que realizan una gran labor. El inglés Ian Mckellen (Verano de corrupción, Dioses y Monstruos, Saga X-men) repite papel e interpretación como el mago Gandalf, así como Christopher Lee (Saruman), Cate Blanchett (Galadriel), Hugo Weaving  (Elrond) o Andy Serkis (genial una vez más como Gollum). En el papel de conductor de la historia y “héroe” de la misma, está el hobbit Bilbo; interpretado una vez más por Ian Holm (El quinto elemento, Alien, el octavo pasajero) en la parte de “anciano” y Martín Freeman (serie Sherlock, Guía del Autoestopista Galáctico) en la parte “joven”, el cual lleva el peso de la película. En éste sentido la película gana con respecto a ESDLA, ya que la entereza dramática de Freeman mejora la inocente (y a veces exasperante) interpretación de Elijah Wood (Maniac, Los crímenes de Oxford, El buen hijo). Pero también es cierto, que pese al notable esfuerzo de Richard Armitage (Capitán América: primer vengador) de ser el “héroe de acción” del film como Thorin, escudo de roble,su personaje no logra convencer y atrapar al espectador como sí que lo hizo la magnífica y entregada actuación de Viggo Mortensen (La teniente O´neil, Promesas del Este, Alatriste) como el valiente e impetuoso Aragon.

   Habrá que esperar al menos 18 meses más para ver el resultado final de ésta nueva trilogía y de la saga en su conjunto (la segunda parte de El Hobbit llegará a las pantallas en las navidades de 2013 y la tercera en el verano de 2014). Además, es obvio que no se puede hablar de ésta película sin compararla con la antecesora trilogía, ya que tiene numerosos puntos en común. Pero se debe hacer el esfuerzo de ver historias diferentes, aunque similares en su contenido que no en su temática. Creo que un cambio de director y una visión algo menos “conservadora” de la historia hubiera mejorado el resultado (sobretodo tratándose de alguien como Del Toro), pero es innegable la capacidad que tiene Peter Jackson para manejarse por el mundo de Tolkien y para narrar las épicas batallas y enfrentamientos que se desarrollan en la obra del escritor. Una visión menos “neozelandesa” hubiera dado otro resultado y otro tipo de película, quizá peor o quizá mejor, pero eso sería………….otra historia/película.

1 comentarios:

  1. Anónimo dijo...

    Fijare que en esta película le falló mucho la perspectiva a Jackson: muy pocas veces durante toda la película se aprecia que son enanos. Casi en toda, da la impresión de que son enanos gigantes!

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