LO MEJOR DE EVA


ESTRENO 10/02/2012





   Eva es juez. Se ha entregado en cuerpo y alma para llegar a ello aunque le haya llevado a desconectar de todo y de todos. Ya en oficio vive por y para ello. Cuando tiene que instruir un caso con el asesinato de una prostituta de por medio tendrá que colaborar con el novio de esta, Rocco, gigoló de profesión.

   Mariano Barroso (Éxtasis, Hormigas en la Boca) colabora de nuevo con Alejandro Hernández en la escritura de un guión que toma caminos que no favorecen mucho al desarrollo de la historia además de arrastrar las carencias interpretativas de un Miguel Ángel Silvestre (Verbo, Sin Tetas no hay Paraíso) que, si bien aplaudo su intervención en el trabajo de Chapero-Jackson o La Distancia, aquí vuelve hacer halago de su portentoso físico en detrimento de unos diálogos y una pose inverosímil.

   No se muy bien cuando empecé a pensar que la película no funcionaba. En su arranque, presentación de Leonor Watling (Hablé con Ella, Mi Vida sin mi) con voz off, puesta en escena, planteamiento del detonante y antagonista...la cosa iba bien. Se empieza a tambalear en la presentación de Rocco, no tanto en la "forma de..." cómo en la manera en que el actor aborda al personaje, un tipo seguro de sí mismo y que fruto de su trabajo cree conocer que quiere/necesita una mujer. Este personaje lo maquilla de una "chulería" que no funciona y no le ayuda los diálogos. Leonor intenta construir un personaje más o menos atractivo pero con trazos excesivamente gruesos y que no se terminan de explicar (relación con su hermana/padre). Pero sobre todo lo exasperante de la cinta es que comienza por el camino de lo que podría haber sido un buen thriller, para desviarse hacia un juego constante de tensión sexual entre los protagonistas, me recordó a aquel título bastante mediocre de Sharon Stone (Instinto Básico) y William Baldwin (Línea Mortal, Llamaradas), Silver (Acosada). Hay títulos con temática semejante, vease la estupenda Al filo de la Sospecha con Glenn Close y Jeff Bridges, en donde dicha tensión se va creando con sutileza, sembrándola, no como en esta donde parece más un atractivo de cara a la taquilla. Llegado el primer revolcón de la cinta, las escenas de cama se repite volviéndose monótona y repetitiva. Se echa en falta variedad en las localizaciones (¿porque mostrar a la protagonista corriendo en mas de tres ocasiones?) y todo el que haya visto películas de género podrá acertar la supuesta sorpresa final en el minuto uno. Mención aparte a la escena final en la terraza del hotel...

   Los bíceps y el corazón tienen en común que son músculos pero se diferencian en que del primero no sale la interpretación mientras que del segundo, sí. Hay actores que deberían reflexionar sobre esta frase.
F.J


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