CRITICA ACTO DE VALOR (56%)

ESTRENO 15/06/2012


   No es ni la primera vez, ni seguramente será la última, que una producción de cine es financiada, directa o indirectamente, por su gobierno para dar una determinada imagen del país. El caso más recordado es la película realizada en 1986 Top Gun (Tony Scott) y que hizo que miles de jóvenes quisieran alistarse en la marina para poder combatir a los mandos de un caza F-14.

   Acto de valor es muy similar a la película protagonizada por Tom Cruise (La era del rock, Magnolia) pero con la diferencia de que no está rodada por un genio como Scott (El fuego de la venganza, Spy game, El último boy scout) ni producida por el señor Jerry Bruckheimer (Saga Transformers, Saga Piratas del Caribe, Saga Superdetective en Hollywood). Esta película está mucho más cerca de producciones menores con base artística en videojuegos del estilo de Call of Duty o Battlefield. Con una importante diferencia: aquí los actores son marines de verdad y lo que sucede en pantalla, en principio, son acciones reales, actos reales de valor (en teoría el equipo de la película es el mismo, o muy similar, a los que llevaron a cabo la captura de Osama Bin Laden).

   Para dirigir éste panfleto de reclutamiento se ha optado por dos directores noveles, aunque con experiencia en el documental, como son Mike McCoy y Scott Waugh (Navy SWCC). Éste es el primer y gran error de la producción, ya que hay determinados momentos en los que la narrativa que tiene la película es inexistente (el confuso comienzo), por lo que por mucho que las imágenes de los marines que se nos muestran sean espectaculares, la idea y el concepto del film pierde interés en el momento en el que no están luchando.

   Por otra parte, hay que reconocer que la película tiene momentos brillantemente construidos como el asalto y rescate de una colaboradora de la CIA por parte de los protagonistas o el abordaje de un barco en el que se encuentra uno de los aliados de los terroristas. Pero esos, pocos, brillantes momentos se pierden entre el aluvión de diálogos infames, secuencias de compañerismo impostadas y edulcoradas, la horrible voz en off que guía la historia, etc…que son los que construyen y llenan las casi dos horas de película.

   Una película que a los fans de lo bélico (tanto en películas, en videojuegos o en la vida real) les fascinará por lo que muestra de real (aunque dicho sea que excepto un par de momentos como el del rescate antes comentado, no hay nada en la película que me haga pensar que Cuando éramos soldados o Black Hawk Derribado no sean grandes traslaciones del mundo militar a la pantalla y mucho mejor rodadas). Una película que entiende su existencia en las fronteras de EE.UU. y que no deja de ser una curiosidad fuera de ellas.

ISRAEL LÓPEZ (@Isra_l) 

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