CRITICA EL CAPITAL (78%)



   El cine no escapa nunca a la realidad que le rodea (aunque precisamente su cometido sea más bien el de alejarnos de esa realidad). Por ello, en estos años están llegando a nuestras pantallas productos sobre la catastrófica realidad económica que nos está gobernando,The company men (John Walls) o Margin Call (J.D. Chandor) son los ejemplos más evidentes.

   Con El capital, el director Costa-Gavras, ahonda en la tesis de que el dinero llama al dinero y por ello los ricos siempre serán más ricos y los pobres más pobres; o como reza la frase publicitaria de la película (extraída de un discurso del protagonista): “Seguiremos robando a los pobres para dárselo a los ricos”. Costa-Gavras fue durante los años setenta y ochenta un referente cinematográfico del cine “protesta” y comprometido (Estado de sitio, Z, Missing), del que aunque se haya alejado últimamente un poco, siempre estará en su adn de director, como bien muestra en esta película.

   Quizá, lo que se le pueda criticar a la película es la falta de garra y de acierto con el tono del guion (escrito por el propio director, su habitual colaborador Jean-Claude Grumberg y Karim Boukercha sobre la novela de Stephane Osmont), puesto que casi todo lo que cuenta o es demasiado rimbombante y populista o demasiado previsible y evidente.

   La película está protagonizada por el excelente Gad Elmaleh (Midnight in Paris, Un engaño de lujo) y el siempre comprometido Gabriel Byrne (Sospechosos habituales, El fin de los días, En terapia). De sus creíbles actuaciones surge la esencia de la película, que aunque se queda un tanto descafeinada (sobretodo por la “impersonal” realización que tiene) no deja de ser un excelente panfleto reivindicativo de lo que todos sabemos pero nos cuesta mucho aceptar: los bancos nos roban y encima les financiamos.
 

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