CRITICA EL LADRÓN DE LAS PALABRAS (53%)



   Cuando un proyecto lleva en su cartel los nombres de estrellas en ciernes como Bradley Cooper (El equipo A, Resacón en Las Vegas, Sin límites), Zoe Saldana (Avatar, Colombiana) y Olivia Wilde (In time, Tron legacy, Cowboys & Aliens); y de estrellas consagradas como Jeremy Irons (Dragones y mazmorras, M. Butterfly, El misterio Von Bulow, La caja china), Dennis Quaid (Lejos del cielo, Gran bola de fuego, Frequency) y JK Simmons (Young adult, Quemar después de leer; saga Spiderman), lo que se espera de ella suele ser una buena película en la que depositas unas altas expectativas.

   Los noveles directores Brian Klugman y Lee Sternthal (tienen en su haber el guion de Tron legacy) han logrado reunir a este espectacular reparto para una película dividida en tres historias (el guion también está a cargo de Klugman y Sternhal), en la que un escritor de éxito  narra la historia de un escritor fracasado que tiene la fortuna de encontrar un manuscrito. Lo publica como suyo y obtiene un éxito espectacular que lo convierte en uno de los mejores escritores de su tiempo. El autor del manuscrito resulta ser un anciano que lo escribió durante su juventud, cuando estuvo destinado en París tras la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), época en la que encontró al amor de su vida.

   Partiendo de que la premisa no es demasiado original, sólo nos queda que lo original sea el planteamiento y la forma de contarnos las cosas; pero la poca destreza de los directores (inexperiencia obviamente) hace que durante todo el metraje las historias se entrecrucen sin un equilibrio, que es capital en este tipo de películas corales, que hace que el espectador no se pierda en la trama, pero si que pierda interés en parte de ella. Un desequilibrio que, además, deja en evidencia lo que cada vez más obvio: Bradley Cooper es un actor demasiado limitado para llevar el peso de una producción de estas características.

   Cooper interpreta permanentemente el mismo personaje y papel (en muchos momentos no se sabría decir si lo que se ve en pantalla es El ladrón de palabras o Sin límites o Qué les pasa a los hombres…) lo que acentúa más aún el desequilibrio entre las historias. Además, si como compañeros de reparto tienes a un excepcional Jeremy Irons y a un resultón Dennis Quaid, pues la película se queda en un curioso quiero y no puedo que te hace pensar que habría podido salir de manos de otro director una propuesta de estas características.

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