CRÍTICA LA MONTAÑA RUSA (25%)

ESTRENO 16/03/2012

   Desde que era pequeña Ada siempre ha sentido curiosidad por el tema del sexo. ¿Qué es lo que se siente?, ¿Con qué se puede comparar?. Ya de mayor ha probado con muchos chicos pero el resultado no es tan placentero como todo el mundo le dice que es, hasta que se vuelve a encontrar con dos amigos de la infancia, Lorenzo y Luís, donde surgirá un trío amoroso a base de mentiras e infidelidades.

   El director Emilio Martínez Lázaro (Las 13 Rosas, Carreteras Secundarias) vuelve a reunirse con Alberto San Juan (Mientras Duermes, La Isla Interior), Ernesto Alterio (Días de Fútbol, Amigos) y Verónica Sánchez (Los Serrano, Gordos) intentado repetir el dudoso éxito de la secuela de la estupenda “El Otro Lado de la Cama”, “Los Dos Lados de la Cama”. El problema es que el guión que escribe Lázaro junto a Daniela Féjerman (Semen, A mi madre le gustan las mujeres) es extremadamente simplón con el único aliciente y a la vez poco original de explotar al máximo la complicidad que existe entre Alterio y San Juan que por otro lado ya vimos en “Días de Fútbol” o la mencionada “Los Dos Lados de la cama”. Verónica Sánchez en títulos como “Los Dos lados de la cama” o la propia serie “Los Serrano” mostraba tener serios problemas en la comedia y aquí vuelve a hacer gala de ello. En esta cinta uno se pregunta que se le ha llevado a escoger este guión en el que se limita a continuas escenas de cama que francamente llegan a cansar más que nada por su excesiva reiteración sin que aporten nada o casi nada.

   Creo que el problema más importante radica en el punto de partida que tal y como está planteado no me parece nada interesante. Que una historia de casi dos horas se construya alrededor de una chica que no disfruta del sexo en la cama y que ello le llegue a afectar a su vida personal y todo ello en clave de comedia, pero una comedia que no tiene reparos en intentar tapar que quieren repetir la fórmula antes mencionada me parece de muy mal gusto. Para colmo de los colmos, la película lleva su consabida moralina que viene a decir algo así como: “Lo siento, los sentimientos no se pueden controlar. Me acuesto con quien mi cuerpo me lo pide sin que yo pueda hacer nada para evitarlo”. Venga ya!.

F.J (@Rocabay) 

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