CRÍTICA LUCES ROJAS (77%)

ESTRENO 02/03/2012

   Rodrigo Cortés salta al vacío con su tercera película tras la fallida Concursante (2007) y la multipremiada Buried (2010). Además es un salto al vacío con todas las consecuencias, en el que demuestra que pasito a pasito va dominando un arte tan complejo y peliagudo como es dirigir películas de cine (cosa que le faltón en su ópera prima y pulió en la segunda).

   No voy a revelar nada de la trama porque creo que lo mejor es que el espectador se siente en la butaca y se deje atrapar por la enigmática propuesta que nos hace Cortés, por ello, y aunque no se rebelará nada importante de la trama si que aconsejo leer la crítica (ésta y cualquiera) después de haber degustado la película.

   Cortés nos adentra en el mundo de la parapsicología y los “supuestos” fraudes que se producen en ella. “La única manera de sacar un conejo de dentro de una chistera…es haberlo metido antes dentro”.

   Con ayuda de un brillante casting técnico en los que destacan en Fotografía, Xavi Giménez (Ágora, Los abandonados) y en Música, Victor Reyes (En la ciudad sin límites). Cortés se apoya para desgranar los recovecos de la mente humana y tejer una engañosa tela de araña hasta llegar al centro de la trama. ¿Existen personas con poderes paranormales? (la película tiene reminiscencias de El truco Final de Christopher Nolan).

   Rodrigo Cortés se encarga no sólo de la dirección sino del montaje y del guion. Ésta aparente omnipresencia, en este caso, hace que el director domine cada uno de los planos, de los pliegues del guion y de las notas musicales para crear así el desasosegante crescendo de la película y mantener al espectador pegado a la butaca como hacía mucho que no veía.

   Para más inri, la película está encabezada por dos pesos pesados mundiales de la interpretación: Robert De Niro (Toro Salvaje, Showtime) que realiza su mejor interpretación en los probablemente últimos diez años (pese a lo poco dibujado de su personaje) y Sigourney Weaver (Alien, La tormenta perfecta) que domina su personaje y lo hace el eje de la trama, haciendo que el grueso de la película se resienta cuando ella no aparece en pantalla. También hay cuatro secundarios de lujo en la película: Cillian Murphy (El caballero oscuro, El viento que agita la cebada), Toby Jones (El topo, Historia de un crimen), Joely Richardson (Millennium (2011), Anonymous) y la fulgurante estrella Elizabeth Olsen (Martha Marcy May Marlene).

   El único pero que encuentro en la película es que el guion no es tan redondo como debería en una película de ésta magnitud, y que el MacGuffin (el gancho que nos conduce por la película) de la trama es previsible (no por demérito del guion, sino por la similitud con otras películas similares) y se desvela (aquellos que estén atentos) en los primeros minutos de la cinta). Aun así el ritmo y el derroche técnico que hace Cortés en la película es abrumador y excelente. Se ha ganado un puesto no sólo en el mercado estadounidense (la factura de la película es perfecta) sino en el de nuestro buffet de directores a tener en cuenta.

ISRAEL LÓPEZ

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