CRÍTICA TAN FUERTE, TAN CERCA (85%)

ESTRENO 16/03/2012

   Con “Los Idus de Marzo” la semana pasada y ahora “Tan Fuerte, Tan Cerca” nos terminan de llegar las películas que optaban este año a los principales premios en la última gala de los Oscar. Como nos comentaba nuestro colega, amigo y crítico Israel López en el caso de la George Clooney seis meses hemos tenido que esperar. Con Daldry han sido más generosos y sólo han sido tres. No voy a entrar en reflexiones que no llevan a ningún sitio del estilo “¿Por qué han esperado tanto?” o “¿A que esperaban para estrenarla?”. Solamente diré que la espera ha terminado. Busquen un cine donde proyecten este título, ya que sale con muy pocas copias y yo espero que tengan que rectificar y sacar más, y disfruten de un director que a mi gusto maneja como pocos las interacciones humanas y como ello modifica la realidad en la que viven.

   La nueva cinta del inglés y triplemente nominado Stephen Daldry (Las Horas, El Lector, Billy Elliot) cuenta la historia de Oskar Schell un chaval de nueve años al que le encanta buscar objetos perdidos, experimentar, construir cosas…todo ello apoyado por la tremenda imaginación de su padre. Cuando este último fallece en el atentado de las Torres Gemelas el 11 de septiembre de 2011, una llave que encuentra Oskar por casualidad le abre la oportunidad de vivir una última aventura.

   Tres de las películas que optaban este año al Oscar a mejor película poseen un sutil pero interesante vínculo. Este es el año de los homenajes y viajes de autodescubrimiento. “The Artist” y “Hugo” son claros homenajes que dos directores quieren hacerle a ese fotograma que pasa 24 veces cada segundo. Pero a su vez “Hugo” y “Tan fuerte, tan cerca” comparten un mismo objetivo tomando para ello sendas bien distintas: un niño que a través de un objeto le va a ayudar a conocerse a si mismo, romper con el pasado y seguir adelante. Me parece este apunte una primera reflexión de cómo el cine utiliza géneros y técnicas muy diversas pero chocando en su esencia más pura.

   Thomas Horn hace su debut en esta película con nominación al Globo de Oro incluida. Él es una de las mayores virtudes de la cinta pero a la vez un posible lastre. Una excesiva, aunque en mi opinión necesaria, pedantería rodeada al personaje que encarna. Debo decir que de las dos horas de metraje tardé en entrar en el juego que da su personaje, ponerme a su nivel, entender porque habla como lo hace, porque se expresa y reacciona así…y al final lo conseguí y es una delicia. Entiendo, sobre todo por artículos que leo, que mucha otra gente no entre al juego y se queden en un “Odio a este chaval” o “No me lo creo” pero debo decir a los que lean esto que le den una oportunidad y sobre todo se dejen llevar por este apasionante viaje. Vaticino un gran futuro al joven Horn. Max Von Sydow (El Exorcismo, Shutter Island), éste con nominación pero al Oscar, construye un personaje ambiguo, no sabemos muy bien de donde viene y a donde va aunque pienso que cae un tanto en lo obvio, y toda su interpretación es corporal apoyado por el saber estar y el gesto. Magnifico. Podría estar hablando de todos los personajes que aparecen en pantalla y que de todos daría para unas buenas líneas pero sólo destacaré a Sandra Bullock (Speed, Mientras dormías) que tras ganar el Oscar por “The Blind Side” esta película vuelve a demostrar que la mujer sabe, cuando la dirigen, actuar. Por último, aunque sale más bien poco, Tom Hanks que parece haber enderezado la carrera y olvidarse, al menos un rato, de su Código Da Vinci.

   El ganador del Oscar por “Forrest Gump”, Eric Roth, se hace cargo del guión que adapta la novela de Jonathan Safra Foer. Un historia puesta en manos de un director que utiliza los atentados del 11-S como un mero macguffin para contar una historia concreta en unos personajes concretos. Personajes todos ellos desubicados como ya ocurría en “Las Horas” o “El Lector” y que buscan un lugar en este nuestro mundo. Sensacional el trabajo que hace Claire Simpson (El Jardinero Fiel, Platoon) desmembrando la historia para ir dosificándola, el estupendo uso del piano de Alexandre Desplat  (El Discurso del Rey, El Árbol de la Vida) o la fantástica fotografía de Chris Menges (Los Gritos del Silencio, La Misión).

   No dejen de pasar la oportunidad de ver esta sorpresa audio y visual. Encantador y tierna a partes iguales.

F.J (@Rocabay)


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