CRÍTICA AÑO DE GRACIA (42%)

ESTRENO 02/03/2012

   David es un joven que ha vivido toda su vida en un pueblo a las afueras de Barcelona. Un día decide trasladarse a vivir a la capital para estudiar bellas artes y convertirse algún día en artista de prestigio. Se hospeda en casa de Gracia, una señora mayor, viuda y cuya única compañía es la de su periquito, a cambio de hacer las labores domesticas. Pero todos los sueños y planes que David traía en la cabeza poco a poco la gran ciudad se los irá comiendo.

   Para la nueva comedia del director catalán Ventura Pons (Anita no pierde el tren, Barcelona (Un Mapa)) vuelve a contar de nuevo con Rosa Maria Sarda (Maktub, Rivales) en una cinta que a pesar de contar con tres guionistas: Carmen Morell, Jaume Cuspinera y Pons hace aguas por múltiples razones pero la principal y más importante: es una comedia sin comedia.

   Año de gracia tiene una realización que empieza de una manera más o menos interesante (la llegada de David a la gran ciudad con esa cámara en el cogote con reminiscencias a Aronofsky) pero todo ello se diluye cuando avanza la función. El guión presenta como trama principal la relación que mantiene David y Gracia, la casera insoportable y el inquilino que aguanta todo, tantas veces vista. No crítico la falta de originalidad, que es lo de menos, sino que dentro de esta pareja Sardá hace simplemente de Sardá, apenas tiene matices y se limita a gesticular y hacer aspavientos intentando causar la gracia, nunca mejor dicho, sin apenas conseguirlo, mientras que y el joven Oriol Pla hace lo que puede. Las situaciones no son cómicas (lo del pájaro sobra) y se repiten (una partida de cartas, vale. Dos ya no). No sientes empatía en ningún momento y cuando la situación se pone un tanto dramática es demasiado tarde para mostrar algo de interés.

   Además, si no funciona la trama principal las subtramas están poco o nada trabajadas. Son meras pinceladas que no llevan a ninguna parte. El colega de David, Marcal, su compañera de clase Noa, Pere, dueño de un bar o el divorcio de los padres son historias que cuando termina la proyección uno piensa, ¿para que aparece esto o lo otro?. Después tenemos el recurso del Chat con el ordenador que David usa para hablar con su hermano. Desde el punto de vista de guión es interesante como forma de crear un vinculo personaje/espectador y que conozcamos del deseos y miedos del personaje de David pero creo que se vuelve tedioso y de tanto usarlo (hay como tres escenas de esto) pierde fuerza.

   Creo que no hay nada peor que una comedia sin humor. La premisa de joven que llega a la gran ciudad (me ha venido a la cabeza Paco Martínez Soria y su genial “La Ciudad no es para mí”) da o puede dar mucho juego y no ha sido así. Aprendamos a hacer buen cine de género como “Promoción Fantasma”, actualmente en cines, en vez de viajes como el que emprende David y que no llevan a ninguna parte.

F.J (@Rocabay)


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