WAR HORSE

ESTRENO 10/02/2012





 
   Debo comenzar diciendo que considero a Steven Spielberg uno de los mejores directores de la historia del celuloide. Cada película que realiza es un reto (artístico y personal) y esa presión no siempre sabe afrontarla de la mejor manera. No siempre hace películas redondas o quizá ese sea su problema, que no siempre redondee sus películas...y eso le pasa factura.

   En ésta ocasión Spielberg dirige un guion escrito a cuatro manos por Lee Hall (Billy Elliot) y el guionista y realizador británico Richard Curtis (Love Actually, Cuatro bodas y un funeral o Nothing Hill) usando la novela de Michael Morpurgo (una novela que hay que decir es de corte completamente juvenil y eso determina la historia que se cuenta). Quizá ese sea el elemento discordante de ésta película, que el argumento es demasiado infantil, demasiado lacrimógeno, demasiado azucarado, demasiado...Spielberg.

   Curtis, Hall y Spielberg no logran atrapar al espectador. No lo conmueven como deberían (tampoco ayuda la duración de casi dos horas y media) y se pierden entre tantas historias diferentes sin llegar a centrarse en ninguna (el cambiar de protagonista hace que la historia decaiga una vez tras otra, pese a no aburrir en ningún momento), quizá la eliminación de alguna de las partes habría ayudado al espectador a comprender hacia donde va la historia.

   Pero no podemos olvidar que el señor que se sienta tras la cámara es Steven Spielberg. Y que es capaz de plantear secuencias dignas de recordar para siempre en la historia del cine (la secuencia en la que Joey atraviesa las líneas enemigas...sin palabras); qué es capaz de manejar y adaptarse a cualquier género que se le plantee (aunque no siempre con el resultado que se desearía) y sobretodo que tiene la capacidad de hacer emocionar al espectador en cada película.

   La agilidad con la desarrolla determinadas secuencias e historias, hace plantearse que no se centra en cada proyecto como debería (signos de agotamiento emocional) y que se dispersa a la hora de rodar (no sólo le pasa aquí en Inteligencia Artificial, Salvar al soldado Ryan...). Si se tomara tanto tiempo en rodar cada película como ha hecho con, por ejemplo, Las aventuras de Tintín, quizá podríamos disfrutar mucho más del Spielberg autor, creador, innovador, artista, genio...

   Como no podía ser de otra manera, el realizador de Átrapame si puedes, se rodea de un elenco de primer nivel tanto artístico como técnico, pero Spielberg es conocido por apadrinar a futuras estrellas (Drew Barrymore, Christian Bale...). En ésta ocasión el joven Jeremy Irvine (que debuta en el celuloide y sólo había hecho un poco de televisión) fue seleccionado de entre cientos de aspirantes para ser el dueño de Joey (el caballo que recorre la historia pasando de un dueño a otro). Entre los muchos intérpretes que acompañan a Joey en su historia están: Emily Watson (The boxer, Las cenizas de Ángela), Niels Arestrup (Un profeta, La escafandra y la mariposa), David Thewlis (Siete años en el Tibet, El gran Lebowski), Benedict Cumberbatch (El topo, Sherlock (la original propuesta televisiva de la BBC). Pero destaca un hombre que para el que escribe es probablemente "el mejor actor menos reconocido" de la historia: Peter Mullan (Hijos de los hombres, Mi nombre es Joe, Redención (Tyrannosaur)) brillante en su papel de dolido excombatiente que ahoga su dolor, sus penas y sus recuerdos en el alcohol.

   Un capítulo completamente a parte merece la fotografía que realiza el habitual del director Janusz Kaminski (La terminal, Salvar al soldado Ryan, La escafandra y la mariposa). Dejando a un lado que prácticamente no ha evolucionado en casi nada su técnica en todos estos años (al menos cuando trabaja con Spielberg), hay determinadas secuencias en las que se comenten fallos de iluminación impensables (secuencias enteras en las que en un plano la imagen es soleada y en el contra plano está grisácea, planos generales casi lloviendo y en los planos cortos con sol...) a lo que hay que añadir sus habituales contras que desfiguran la silueta de los personajes para "teóricamente" dotar a la escena de mayor dramatismo y que en este caso, sobretodo el la primera parte de la película, ralentizan la narración en vez de apoyarla.

   War horse es un trabajo complicado de evaluar porque la película tiene todos los elementos posibles para ser imperecedera (la dirección por mucho que duela a sus detractores es prácticamente impoluta) y sin embargo sales con la sensación de que lo que te han contado está muy bien.....si lo hubiéramos visto hace 25 años, hoy en día no nos llegan como espectadores las mismas emociones que antes.

   Una película a la que costará recordar en unos años en la filmografía del director pero que aquellos que aprecien el buen cine deben admirar, degustar y saborear como si de un buen vino se tratara.

ISRAEL LÓPEZ


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