MONEYBALL. ROMPIENDO LAS REGLAS

ESTRENO 03/02/2012

   Con cuentagotas nos van llegando los títulos que encabezan este año la pole position de cara a la gala número 84 de los Oscar que se celebra el próximo 26 de febrero en el habitual Teatro Kodak. Moneyball (voy a obviar esa horrible coletilla que le han puesto de "rompiendo las reglas") opta a 6 nominaciones entre las que se encuentran película, actor principal (Brad Pitt) y guión adaptado. La película, al igual que ya hizo Oliver Stone en la magistral Un Domingo Cualquiera, adaptando la novela de Michael Lewis "Moneybal: The art of winning an unfair game", busca mostrar los entresijos que hay detrás del deporte número 1 en USA, el béisbol, deporte tal vez desconocido o que pasa indiferente entre nosotros y ello le va a pasar factura a la película de cara a animar a la gente a verla.

   Brad Pitt interpreta a Billy Beane entrenador del Oakland Athletics, un equipo de béisbol que a pesar de tener talento posee un presupuesto anual para contratación de jugadores irrisorio en comparación con los otros equipos. Ante la negativa de los directivos de darle más margen y el inminente inicio de la temporada, Beane opta por romper con todo lo hecho hasta ahora y contratar a Peter Brand (Jonah Hill) economista licenciado en Yale que reduce el béisbol y sus jugadores a meros números que oscilan en un gráfico. Esto chocará con la "vieja escuela" que se mueven por intuición y corazón.

   Si Brad Pitt (Seven, El Club de la Lucha) no logra llevarse la estatuilla por este esplendido papel será su tercera nominación tras Doce Monos y El Curioso Caso de Benjamín Button. A un servidor no le sorprende ni el premio al que opta este año ni los dos anteriores. Brad Pitt vuelve a demostrar que es un todo terreno y sabe hacerse con lo que le den. En este trabajo yo destacaría más que su virtud de enunciar de manera creíble, veraz y autentica su discurso, todo lo contrario: el saber escuchar. Cuantas veces vemos actores que se les nota que no están en la película que estamos viendo o escuchan lo que otra persona les está contando y se les ve fuera totalmente no ya del papel, sino de la película. En Moneyball hay una escena destacable y que resume lo que aquí expongo y es esa en la que la hija de Billy le toca a su padre una canción de apenas diez segundos, pero e ahí el gesto de un ganador, el gesto de un padre que observa asombrado lo que su "pequeña" sabe hacer y que este desconocía. Como este detalle hay muchos ejemplos a lo largo de la cinta que denotan un disfrute de Brad Pitt por este personaje (cuando uno de sus ayudantes le advierte de las locuras que está haciendo y él, con palmada en el cielo, le suelta: "Renovarse o morir"). Con ello quiero decir que no necesitaba esta nominación para que elogie la carrera des este señor. Vean El Asesinato de Jesse James por el Cobarde Robert Ford a día de hoy el trabajo que más satisfecho está el vampiro de Anne Rice y yo.

   El que sí es un descubrimiento, con nominación incluida, el hasta ahora cómico Jonah Hill (Supersalidos, Lío Embarazoso). La química entre éste y el personaje de Beane es evidente (véase la escena que le dice Beane: "Espero que esto funcione" y el gesto acongojado de Hill o cuando le piden que despida a un jugador). Su interpretación tampoco se basa en unos extensos diálogos sino en un saber estar. El que si es mera anécdota es el ganador del Oscar Philip Seymour Hoffman (Magnolia, El Dragón Rojo) o el también director Spike Jonze (Donde Viven los Monstruos, Como Ser John Malkovich).

  ¿Cuáles son los problemas contra los que se enfrenta esta cinta?. El primero y fundamental es el tema sobre el que gira toda la historia: el béisbol. Un deporte que muy poca gente maneja la jerga y eso produce que cuando discuten y hablan sobre el tema uno se quede con cara de póquer face. Además, el guión del ganador del Oscar en la pasada edición por La Red Social, Aaron Sorkin, y Steven Zaillian (Millennium: Los Hombres que no Amaban a las mujeres) es por un lado demasiado analítico, y en esto es muy bueno, pero muy frío en su desarrollo lo que produce que uno salga con una cierta indiferencia en lo que a la historia se refiere. Además, se hecha en falta un cierto dibujo de los secundarios que a parte de Jonah Hill, el resto son un tanto impersonales.

   Quiero terminar diciendo que no esperen una cinta de espectaculares partidos de béisbol, para ello tenemos esa joya llamada El Mejor o más recientemente Entre el Amor y el Juego (sí, sí han oído bien, esa de Kevin Costner). El director Bennett Miller (Truman Capote) busca mostrar no tanto la victoria de un equipo y sus jugadores, sino la de un entrenador que lucha por conseguir un sueño. De ahí que utilice ese recurso narrativo interesante y poco habitual en cintas deportivas de hacerte un montaje paralelo entre estadios repletos de gente y un entrenador que en solitario, en mitad de unas gradas vacías, espera nervioso el final del partido. Hay victorias que caen en uno sólo.
F.J


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